Unos kebabs

Había comprado unos kebabs en la carnicería de su amiga. Estaban rellenos de pollo cocido y queso y tenían una salsa ligeramente picante. Eran grandes y llenaban un montón así que en lugar de para la cena los tomarían para la comida de al mediodía.

Además del kebab también peló dos zanahorias que quedaban en una bolsa y un cogollo que previamente había limpiado con agua del grifo para desinfectarlo.

Samuel: ¿El mal existe?

Irina: Pues claro hijo, no hay más que ver las noticias.

Samuel: ¿Dios puede acabar con el mal?

Irina: Dios ha creado al hombre libre. No debe intervenir, aunque poder podría hacerlo.

Samuel se dirigió a coger la bicicleta y quedar con sus amigos del campo.

Por fin habían arreglado las zonas verdes, el césped, el chiringuito y la piscina. Ahora que ya era finales de septiembre y ya no hacía calor, ahora estaba buena el agua de la piscina comunitaria.

El marido jugaba a los videojuegos e Irina se sentía sola y aburrida así que decidió llamar a una amiga. Estuvo hablando durante un rato con ella de sus cosas y de amigas que tenían en común.

Después vinieron a la casa Samuel y cuatro amigos: Andrés, Jacobo, Julio y Pablo. Entraron al salón y les dijeron que dejaran las bolsas de patatillas en la cocina para no ensuciar el salón. Allí, en el salón, conectaron los videojuegos a la televisión del salón junto con los mandos.

Luego salieron por la puerta principal y se fueron hacia el porche junto a Martina que se había unido más tarde y jugaron al pilla pilla. Se la quedó Andrés que contó hasta 20.

Gloria Dios

Porque solo tú eres Santo

Solo tú señor

Nuestro Dios es un Dios misericordioso

Isaías 55

Salmo 144

Grande es el Señor

Cerca está el Señor de los que lo invocan

Pablo encarcelado escribe a la comunidad de Filipos.

Filipenses 1, 20c

Según san Mateo, parábola relato, nos habla siempre De Dios:

1 denario

Hacia mediodía

A media tarde

Llama a los de la tarde

Se pusieron a protestar

Los últimos serán primeros y los primeros serán últimos.

El sol sale a las 6 de la mañana. A la hora tercia a las 9, la viña del señor es el mundo.

Creo en Dios Padre todo poderoso

Fue crucificada, muerto y sepultado

Ha de venir a juzgar a vivos y muertos

Peticiones

Por los migrantes que hullen

Te rogamos óyenos

Pido a Dios

Pido a Dios la salud mental que me hace falta para verte crecer tan feliz como eres.

Que no me tengan que encerrar nunca más en la sexta ni en la séptima planta.

Que consiga superar y olvidar lo que me pasó con los vecinos.

Dar las gracias por ser un niño sano y feliz, agradable, guapo.

Dar las gracias por tener un montón de amigos.

Aquí está en las zonas verdes comunes

Diatriba

A: Yo no creo que haya nada después de la muerte. Nos incineran , queman nuestro cuerpo y si te he visto no me acuerdo.

B: Debe de haber algo una vez que morimos porque sino ¿qué sentido tiene la vida?

A: A esta vida venimos a penar, a sufrir calamidades, a aguantar injusticias. A padecer enfermedades.

B: Estamos aquí para amar, para querer a los demás, para servir. Es sirviendo a los demás cuando nos realizamos.

A: Hay desgracias por todos lados y me pregunto qué mal han hecho los que las padecen. ¿Por qué Dios si es que existe permite todo esto?

B: Víctor Frankl decía que cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el reto de cambiar nosotros mismos. También dijo que el hombre no es sólo el producto de sus circunstancias; también es el producto de sus decisiones.

A: A mí me da miedo ir a la cárcel porque en el residencial me acusaron de algo en falso por un malentendido y aunque no pasó nada porque yo no le había dirigido la palabra a esa persona sino a otra de al lado, dijeron que había acosado a su hija , entonces grité y grité y el hombre alarmado y asustado llamó a la policía y tuve que contar lo ocurrido. Ya han pasado mas de cuatro años de eso y no lo supero. Veo a la policía y me da miedo. Ante mis gritos él dijo que yo había acosado a su hija temiendo que dijera que él me había hecho algo. Y todo esto porque en semanas anteriores yo había dicho a los vecinos que esos niños (que pegaban) habían estado en dos y tres colegios. Y es que estábamos todos hartos de esos niños y yo fui la única tonta que se enfrentó a ellos.

B: Eso debes superarlo de alguna manera, de eso hace mucho tiempo y te está impidiendo vivir y disfrutar. Llamaron a la policía como podías haber llamado tú. Lo malo es que si sigues viviendo en el mismo sitio tienes que verlos.

A: Sí, vivo en el mismo sitio solo que durante el verano nos bajamos al campo porque allí tiene el niño una pandilla de amigos. Entonces no los veo pero de todas formas sigo pensando en ellos.

B: Te equivocaste al meterte con esa gente . Como dicen: Manolete, si no sabes torear para qué te metes.

A: Desde lo ocurrido no me han pasado más que cosas malas que no puedo contar porque realmente la realidad supera la ficción. He desarrollado una sensibilidad especial hacia las malas noticias. Si veo las noticias me afectan demasiado.

B: Lo de sentirse mal con las noticias es normal. Siempre puedes cambiar de canal , poner Los Simpson o los documentales de la 2.

A: Sí, mi madre ve los concursos como Pasapalabra.

Gato negro

Había estado jugando al Minecraft durante horas con mi amigo CJ el día anterior.

Llamaron al interfono, era de mensajería. Ya me había advertido mi padre de que vendrían a traer un paquete. Un cacharrín para ver el satélite del fútbol, pirata, sin pagar.

No tuve que abrir la puerta: el mensajero me pasó por encima de la cancela el paquete. Me dijo que le abriera la puerta de la salida de la urbanización y le abrí con la aplicación.

Ya era hora de salir del sótano y que me diera algo el aire. Entonces vi a gato negro, que es como llamamos a un gato negro que es medio nuestro porque le damos de comer y lo acariciamos pero no lo dejamos entrar a la casa para que lo ponga todo perdido de pelos.

Allí estaba gato negro maullando pero quieto como una estatua. Una esfinge.

Gato negro estaba sentado en una silla del porche. Fui hasta la caseta donde estaba también la barbacoa con el gato detrás de mis talones. Le eché un poco de pienso en el comedero, no tenía hambre , ni se acercó a la comida. El gato únicamente quería un poco de cariño. Era un gato zalamero, cansino.

Le hice una foto a gato negro para ponérmela en el estado de wassap. Todos mis amigos sabían que tenía un gato negro, a decir verdad teníamos otro: Draco, pero este último era más independiente y venía a la hora de comer y poco más. Ahora bien, había que tener cuidado con meterse en la casa. Era muy ágil y brincaba la puerta trasera del porche. La puerta del porche de atrás estaba dividida en dos; la parte de arriba y la de abajo, se puso así inspirada en las películas del oeste en las que los caballos sacaban la cabeza por la parte de arriba de la puerta.

A la ventaba de la cocina, que daba al porche, habíamos tenido que ponerle una malla con unas bridas para que los gatos no se metieran. Los gatos eran listos y aprovechaban cualquier resquicio para meterse en la casa.

Cogí mi Nintendo Switch y me dirigí a casa de Andrés, no hacía demasiado calor.

De camino me encontré a mi madre que venía de tirar los envases del reciclado a los contenedores de reciclable que están a la entrada de la urbanización.

Volví a casa para la hora de comer, fui al comedero de los gatos , colocado junto a la barbacoa, en el suelo, afuera de la caseta.

En la caseta se guardan los aparejos para la piscina.

Entonces ocurrió: gato negro habló. Sí. Maulló, hasta ahí sí. A continuación me dijo que vaya asco de pienso el que le daba, que si no podía darle de las bacaladillas y los boquerones que habían sobrado y que olía a través de la ventana de la cocina.

Estaba solo con gato negro, había vuelto de casa de mi amigo Andrés que entraba el viernes al instituto igual que yo. Él entraba a cuarto y yo a tercero.

Entonces volvió a ocurrir: gato negro maulló y habló y me dijo que qué hacía sin practicar, que ya estaba en tercero de profesional y tenía que tocar la viola.

Gato negro empezaba a recordarme a mamá, estaba más gordita y no sabía más que echarme reproches.

Lo primero que se me pasó por la cabeza fue contárselo a papá y mamá. Pero luego lo pensé dos veces; ¿y si gato negro no volvía a hablar más? Quedaría como un alucinado, como un loco. ¿Y si lo había soñado?

Volví con gato negro a acariciarle y a jugar con él, para ser exactos era ella, gata, hembra.

Estaba aburrido de tanto tiempo libre. Había estado leyendo durante días el Pentateuco. El pentateuco, como su nombre indica, son los cincos primeros libros de la biblia. Desde la creación hasta la muerte de Moisés.

No sabía qué pensar de las apariciones de Dios a Moisés en la zarza ardiente. La entrega de las tablas con las leyes. Las manifestaciones de truenos y de nubes a su pueblo elegido…

Todo eso eran fenómenos paranormales, no podía ser que Dios hablara con los hombres, aunque fuera a sus predilectos…

Y ahora resulta que gato negro había hablado. Pero eso no era cuestión de fe cómo las sagradas escrituras.

A todo esto vino Pablo y estuvimos jugando al Clash of clans. Luego llegaron Jacobo y Julio y estuvimos jugando al pilla pilla alrededor de la parcela.

La casa era el tronco de un árbol cortado porque su sombra no aportaba nada a la casa y sus frutos ensuciaban la piscina.

Me había escondido dentro de la casa y aproveché para lavarme las manos por haber tocado a gato negro.

La piscina estaba un poco verde, ya era el trece de septiembre y no hacía tanto calor para que hubiera ganas de bañarse en la piscina.

Mañana jueves repartían los horarios de clase y pasado mañana viernes empezarían las clases.

Lo de gato negro no sé si fue una alucinación pero como no deseaba que me encerraran por psicosis decidí mantenerlo en secreto.

Entre otras cosas decidí no contar a nadie lo de gato negro porque mi madre lo achacaría a los videojuegos. Y para mí los videojuegos son una verdadera pasión.