La noche en que tú naciste
descubrí mi gran amor,
eras un niño, un ángel
de ojos abiertos, un sol.
Permanecimos en calma,
flotando en un dulce ensueño,
pecho, leche, cuna, magia,
placidez y embeleso.
Contigo la tarde es rosa,
el cielo sereno y claro,
el silencio acogedor,
el invierno es verano.
Ojalá hubieras podido
a mis pechos enlazarte,
del blanco néctar libar,
de arrobamiento colmarme.
Galaxias en tu mirada
azabache y profunda
refulgen en el espacio
donde se pierde mi angustia.
Príncipe de mis desvelos,
eres la luz que me guía
por el angosto sendero
de esta impredecible vida.
La noche en que tú naciste
descubrí mi gran amor,
eras un niño, un ángel
de ojos abiertos, un sol.
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A mi hijo Juan, luz de mi vida.